Zona Cero

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Cuento : Enrique Santander

Durante la mañana consiguieron un espécimen fresco para que Luka pudiera experimentar sobre él. El niño, un genio precoz, pretendía con sus escasos conocimientos en medicina hacer una operación sobre el espécimen que le permitiera descubrir el origen de la zombificacion y en lo posible encontrar una cura. Pasa toda la mañana alistando la sala de operaciones, preparando un aparato que le permitirá contactarse con el zombi, esta es la gran oportunidad, a las pocas horas llega el espécimen, Luka prepara las herramientas, un corte limpio en el cuello, otro corte limpio en su cráneo y el cerebro palpitante está a su disposición.

Luka Hurguetea entre los pliegues de la masa encefálica del zombi, su aparato no responde, lleva horas sin responder, no emite ningún ruido, “está muerto” piensa Luka con decepción “desde el momento de la explosión que están muertos”. Su mano sigue perdiéndose entre pliegues viscosos, está apunto de emitir un forzado respiro de derrota y alivio, como si le acomodara mas el hecho de saber que no hay respuesta, que las cosas son porque son, hasta que toca cierto punto y un pitido agudo le cruza el oído, Luka se queda helado, inmóvil, siente la urgencia de gritar, de huir, pero está paralizado. El pitido continua, se hace más intenso, más agudo, Luka siente que la cabeza le va a estallar hasta que de repente, silencio total, una gota de sudor frio se resbala por su frente, escucha una voz, una voz suave y calmada que parece venir de lejos y pronuncia su nombre “Luka, Luka”, pero él no sabe que responder, no sabe si huir, si romper en llanto, el pánico lo tiene inmóvil, la voz continua, pero esta vez parece más cerca “Luka, Luka”, el grita, pero sus labios no se mueven “¡¿Quién eres?! ¡¿Qué quieres de mí?!”, silencio, el silencio más profundo y estremecedor que jamás ha sentido, “me estaré volviendo loco” piensa. Pasan algunas horas, Luka no ha abandonado su posición, sigue inmóvil, incapaz de mover siquiera un dedo, en cambio sus ojos se mueven frenéticamente, quiere que todo esto acabe pronto, hasta que vuelve a oír la voz “Luka, somos nosotros”, viene desde la cabeza del zombi, le está hablando, sin siquiera mover los labios, “¿será telepatía?” piensa, pero no, la voz proviene de la cabeza, pero también proviene de todas partes, “Luka, somos nosotros, somos todos, estamos juntos otra vez”. Al poco rato el miedo se disipa, Luka es invadido por una sensación tibia, liberadora, no abandona su posición, pero siente como si abandonara su cuerpo mientras la voz lo abraza “hemos vuelto a estar juntos otra vez, nos hemos liberado de las ataduras, ahora somos uno, como siempre debió ser”, Luka esta extasiado por una sensación de liberación, de abandono y unidad, esta solo pero a la vez es todo y todos, en este estado Luka alcanza un grado de claridad, tiene la pregunta que responderá todas sus dudas, la pregunta que encontrara la cura y volverá el mundo a la normalidad, su voz se vuelve segura, pasiva, inteligente. La pregunta es formulada sin salir de sus labios, sin ser pronunciada, la respuesta no se hace esperar, esta viene en forma de una visión.

La visión es terrible, espantosa, un satélite gigante orbita la tierra, dentro de su caparazón metálica resguarda una pequeña cámara, dentro de esta hay un cuerpo, es un hombre delgado, hay inscripciones por todos lados, son cuatro letras, es hebreo. Las visiones son antiguas, parece como si provinieran de un viejo y gastado VHS. Ve el satélite caer a la tierra, una expedición a Tunguska durante los años setenta, un reactor nuclear en Chile, una explosión, liberación, la misma constante, cuatro letras en hebreo y el miedo, el pánico, Luka se ve asimismo durante su nacimiento, se ve como su madre, como el médico, como todas las personas de todas las partes del mundo viviendo el mismo suceso a la vez, emitiendo el primer llanto desde el dolor del parto hasta el decaimiento de la carne en el lecho de muerte.

A la hora después Luka despierta en su cama, está acompañado por Lora y Arcadio quienes lo atienden y le hacen preguntas, preguntas que Luka no logra entender bien, aun esta aturdido, y un solo pensamiento le cruza la cabeza, un lugar, la zona cero.

 

Zona Cero

Ilustración : Belen Riffo

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