CAPÍTULO 3 : “Resiliencia”.

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El bus avanza a toda velocidad sobre una alfombra de zombis mutantes, los cuales luego de ser arrollados, lanzados y arrastrados vuelven a levantarse y arremeter contra la máquina. El caos, la velocidad y el infierno del exterior contrastan radicalmente con la camaradería en el interior del transantiago.

-Puedes tomar todo lo que necesites del chatarrero pueh mijo– comentó Arcadio a Luka mientras revolvían el depósito de chatarra, generando un ruido de los mil demonios. Baterías, cables, motores eléctricos, solenoides, interruptores y partes de metal fueron la elección indiscutida – creo que ya es tiempo de que construyas tu propia arma – comentó Arcadio mientras Luka llevaba todo a la mesa de armado.

-Me faltan datos… tengo una idea que me ronda la cabeza, pero tengo que analizar algunas cuestiones por ahí… ¿sabes dónde puedo encontrar algunos libros o usar alguna biblioteca on-line? – preguntó Luka mientras sacaba su libreta y anotaba la fecha en una nueva hoja de su bitácora.

-Olvida lo on-line… es un problema que trataré de solucionar más adelante pues los impulsos electromagnéticos fusionados con la radiación alteraron y destrozaron todos los computadores y maquinarías, me llevó más de dos meses construir el radio que utilizamos para comunicarnos… confórmate con esto – comentó Arcadio mientras abría una despensa repleta de libros – tendrás que hacer todo a la antigua muchacho y te daré una pista espectacular – y tomando un libro, se lo entregó a Luka y le dijo: … “Tesla”…

-¡Genio!… exclamó Luka mientras subía el pulgar con admiración hacia Arcadio.

Y así fue como Luka entendió el concepto creativo aplicado por Arcadio a la mayoría de sus inventos. Casi todo funcionaba con electromagnetismo generado por movimiento y paneles solares, bajo la concepción de reutilización, reciclaje y transformación de energía únicos y de coherencia total con nuestra realidad como biósfera.

-¡Agárrense firme cabros! – gritó Guatón – vamos llegando al refugio…

Y dando un giro repentino, el bus entró a la vereda del ex hotel San Francisco pasando a llevar un sistema de palanca de piso que abrió la compuerta del estacionamiento subterráneo del hotel.

El vehículo entro rasante y la puerta se cerró casi automáticamente tras él. Guatón encendió las luces y siguió a marcha lenta el camino. A lo lejos se veía una entrada fortificada. El ingreso al refugio.

Aún sigue, en la memoria colectiva, el fatídico día. Es un recuerdo fresco y latente de la maldición radioactiva acontecida. Luego de la catástrofe, el metro fue la salvación ante el veneno atómico y la onda expansiva electromagnética. Su construcción fortalecida con concreto y sus diferentes niveles de profundidad permitieron improvisar el mejor refugio ante la problemática zombi mutante. Se tapiaron las entradas originales y se generó una vía secreta fortalecida con una puerta gatillo de metal electrificada para que solo vehículos pesados pudieran ingresar.

-Buena la conexión entre estacionamiento y metro – comentó Luka mientras el transantiago avanzaba lentamente hacia la puerta– igual me gustaría saber sobre la cantidad de estaciones en actual uso con otros sobrevivientes.

-Por supuesto pueh mijo… nos demoramos casi dos meses en construir mientras los monstruos nos atacaban constantemente… de hecho, logramos conectarnos con… – comentaba Arcadio cuando de repente un sonido lo perturbó – Va a temblar – murmuro el viejo – ¡TA TEMBLANDO CABROS!

La tierra comenzó un movimiento horizontal, lento y rítmico, el cual avanzó hasta convertirse en un potente sacudón que duro más de 10 segundos. El bus se detuvo y parte del túnel cayó sobre la parte delantera dejando incapacitado a Guatón para abandonar el asiento del chofer. Parte de la construcción dejo aprisionado al vehículo tal y como si fuera una lata de conservas arrugándose frente a altas presiones. La entrada al refugio colapsó totalmente, quedando una espesa pared de concreto desnivelada lo cual impidió abrirse paso con rapidez hacia la salvación.

Guatón estaba mal herido y Arcadio hacía lo imposible por salvar a su amigo.

-Utas la welá flaco… me duele más que la miércale – se quejó Guatón mientras se agarraba firme la pierna – Tan cerca que quedamos por la flauta – comentó finalmente el adolorido hombre mientras sonreía nerviosamente frente a los niños que miraban absortos la herida sangrante en su pierna.

-Tranquilo compare – exclamo apresurado Arcadio mientras sacaba astillas de lata incrustadas en la pierna y vendaba lo mejor posible la herida – Con este torniquete vas quedar picho caluga – exclamó esperanzado el tío del aseo.

-Me voy a morir wom oh… me voy a morir y no conocí el amor – exclamó Guatón y con una sonora carcajada bajó la tensión del momento – El bistec se me va a infectar y ya no nos quedan recursos en el botiquín del bus.

-Hay que conseguir primeros auxilios – comentó Luka – tratemos de comunicarnos con el refugio usando la radio.

Se movieron dificultosamente en el interior del bus y notaron que el radio había sido aplastado por dos de los asientos y la presión ejercida en el derrumbe. Arcadio tomó los componentes y notó una destrucción casi total en cada uno de ellos.

-Esto nos va a llevar trabajo y realmente no tenemos tiempo con Guatón mal herido – comentó Arcadio mirando a Luka, el cual se desinfló sólo con la expresión de su rostro.

-Na que ataos… saldré a buscar remedios al paseo Ahumada… está tapizao con farmacias… – sentenció Lora mientras amarraba su pañuelo regalón a la cabeza –además no voy sola, me acompaña “Luka, el Cazador de Fiambres Mutantes”.

Lora no alcanzó a terminar la frase cuando Luka ya estaba con el rostro blanco y las rodillas temblorosas. Miró a Lora como diciendo ¿y por qué a mí?.

-Aún no he terminado mi arma y ni siquiera he cosido las protecciones de mis pantalones y polerón – tartamudeó Luka – no estoy preparado para esto.

Luka recordaba los tensos momentos desde el escape del bunker en el colegio, el miedo corroe sus venas y se imagina siendo devorado por los monstruos en un baño de sangre y alaridos de mutantes salvajes.

Un palmetazo en la cabeza propinado por Lora lo despierta de su estupor.

-Despierta poh pavo – exclamó duramente Lora – … te vas a quedar con los brazos cruzados mientras el gordo sufre. ¿Has pensado que hasta puede morir? Él nos salvó de una masacre segura… ahora nos toca a nosotros hacerle la paleteá… ¡no estaríamos acá si no fuera por su trasero grasoso! – y alejándose, Lora se acerca a Guatón y lo abraza.

Luka miraba absorto a Lora… sin duda le atraía bastante esa seguridad, valentía y energía desbordantes, aunque nunca lo iba a admitir.

Luka pensó. Mil situaciones pasaron por su cabeza.

Analizó todas las posibilidades a su alcance y luego de dos segundos, que para él fueron una eternidad de planificación, volvió en sí.

-En quince minutos nos vamos – anunció Luka a Lora – pregunta a Arcadio que fármacos son los que necesitamos mientras doy término a mi arma. Debemos generar un mapa, llevar líquidos y alimentos simples, tener algún plan de contingencia y, por sobre todo, suponer de algún lugar que nos sirva de refugio extremo.

-¡Démosle poh caeza’e libro! – le dijo entusiasmada Lora mientras se acercaba a él y, estando frente a frente los dos, ella le susurra adorablemente – … Dime realmente ¿qué harías sin mi? – a lo cual Luka se sube de hombros, se sonroja y da media vuelta nerviosamente hacia la parte útil de la mesa de construcción.

Lora sonríe mientras va hacia Arcadio y piensa – Luka es tan pollo y a la vez, tan capo –y revisando su bate de madera con clavos retráctiles se prepara para la arriesgada aventura.

Los minutos pasan de la tensión a la calma estratégica. La organización del grupo lleva a concretar los hitos necesarios para la nueva misión, incluyendo una remota posibilidad de comunicación, originada por un duplicado de transmisor idéntico al utilizado por Crisóstomo en la Torre Entel para recibir señales y comunicados cortos.

Lora toma el comunicador y viendo a Arcadio, se despide con un gesto. Luka se carga con su nueva arma “El Ballestaser”, enciende su lámpara de cabeza y comienza a recorrer junto a Lora el camino de entrada hacia el refugio esperando que el terremoto no haya destruido la zona de ingreso.

La oscuridad es atravesada por los chicos… quienes sienten eterno el trecho corto hacia el ingreso del túnel.

-¡Mira, se ve una luz al fondo hacia arriba! – exclama Lora ante una filtración que deja entrar la escasa luz del atardecer…

-Vamos… pero con cuidado – comentó Luka tragando saliva y atorándose de los puros nervios.

El espectáculo es devastador, ese corto terremoto derrumbó la mayor parte de los viejos edificios en Santiago. La iglesia de San Francisco se caía a pedazos, se derrumbaban pilares y fragmentos de paredes. Se ven todo tipo de escombros repartidos y, bajo ellos, zombis mutantes parcialmente reventados que aún mueven sus brazos, piernas y cabeza mientras gruñen o gritan de la manera más bizarra.

Los cabros chicos salen del túnel apartando los escombros; la cabeza pelirroja de Lora se asoma lentamente mientras Luka usa un dispositivo de espejos para ver la superficie. Se hacen un gesto y miran hacia el cruce de calles, viendo si la vereda de enfrente estaba fuera de peligro.

-Todas las farmacias están por allá. Al menos están todas juntas… – comentó Luka mirando a Lora, quien tenía la vista fija en la puerta principal de la Iglesia de San Francisco.

-Un cura nos está llamando – susurró Lora –no confío pa nah en ese viejo – sentenció.

-En una de esas necesita ayuda poh Lora, además es un curita – comentó Luka, mientras avanzaba a la iglesia.

-¡Oye no, no no no, espera, peeera poh! Tenemos que ir a las farmacias poh cabro, tenemos que ayudar a Guatón – comentó firmemente Lora a Luka, mientras lo tomaba de los hombros.

-Lo sé, pero deja averiguar que pasa en la iglesia primero… – y tomando firme El Ballestaser se acerca al cura, quien los espera en la puerta.

-Ahora te da la valentía cabro leso… – comentó Lora, mientras miraba constantemente a su alrededor en caso de algún ataque sorpresivo.

Al llegar a la entrada de la iglesia los recibe un sacerdote viejo, con el rostro lleno de ampollas, las manos huesudas y la túnica manchada de sangre. Ya es demasiado tarde, desde las sombras aparecen brazos que atrapan a los niños y los llevan dentro. Luka no alcanza ni siquiera a disparar una flecha electrificada… su arma queda en la entrada como testigo mudo del rapto de los chicos.

En el interior de la iglesia el espectáculo es dantesco. Hay cadáveres colgando de cabeza desde el techo, mutantes desmembrados aún vivos, clavados en las paredes… Se escucha un coro de niños encadenados entonando cánticos que más bien parecen gemidos guturales,en tanto en las bancas los feligreses exudan líquidos putrefactos y en sus ojos muertos brilla la escarlata del odio.

-¿Dónde cresta vinimos a parar? – se preguntaba Lora, quien forcejeaba y miraba a Luka, el cual iba casi desmayado, difareando y casi con espuma en la boca frente a la cruda visión que les rodeaba.

Era una procesión de zombis mutantes feligreses que los llevaba hacia el altar principal, en donde los esperaba el personaje más sombrío y putrefacto de todos: el obispo párroco, quien al ver a los nuevos visitantes comenzó a bajar por la escaleras del podio a paso lento, con los ojos clavados en los chicos y babeando sangre, fiel reflejo de un enfermo placer al ver carne fresca y algo más.

Lora gritó con todas sus fuerzas y Luka ya estaba en estado catatónico y sin reacción; era un estropajo siendo arrastrado.

El obispo avanzaba manchando el suelo con fluidos y extendía sus manos putrefactas sobre el pequeño cuerpo de la niña. Los feligreses jadeaban sosteniendo con fuerza a los pequeños… mas, de entre la desesperanzadora escena, surge una exclamación seguida por una carcajada estridente…

-¿Cómo pueden ser tan cochinos los wns, sucios, pedófilos, se los van a violar o se los quieren comer? Manga de fiambres subnormales JAJAJAJAJAJAJAJA… – Era una voz muy segura y que llamó la atención definitivamente de todos los monstruos del lugar, los cuales aullaron, gritaron y se pusieron en guardia.

Acto seguido, un cuerpo impactó el suelo muy cerca de los niños y comenzó a masacrar a los zombis de una manera despiadada y brutal. Era una sombra enorme, que propinaba golpes a diestra y siniestra, haciendo volar, destripar y sucumbir a los feligreses. En cosa de segundos, el caos reinó en el lugar y de súbito, el silencio retornó. Se ve una alfombra de cuerpos, pero el visitante inesperado sabía que los enemigos eran duros de derrotar y que la definición de cadáver ya no era sinónimo de muerto e inanimado del todo.

-¿Qué esperan el par de vios que no van directo a la puerta?– susurró un rostro enmascarado que apareció lentamente de entre las sombras… Lora asintió y tomando firmemente a Luka, quien despertaba, se movió hacia la puerta.

Mientras se alejaba veía a este individuo, el cual avanzaba corriendo y gritando hacia una sombra más grande y monstruosa que él… sería un gran enfrentamiento de seguro y realmente no les convenía para nada quedarse ahí.

CONTINUARA…

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